Mi objetivo se encuentra a poco más de tres meses. En Bahamas, en la “Suunto Vertical Blue”, la más destacada competición de profundidad a nivel mundial. En este tiempo tendré que planificar mi entrenamiento para llegar a Bahamas al cien por cien, física y mentalmente. Mientras tanto estaré entrenando en los mejores sitios para la apnea profunda.
Ahora mismo escribo desde el avión dirección a las Islas Canarias, concretamente a Tenerife.
Es allí donde suelo preparar mi primera fase del entrenamiento.
Es decir, muchas horas de agua, pero sin llegar a hacer grandes descensos. Acostumbrar al cuerpo a bucear cada vez con menos aire en los pulmones e incrementando los tiempos de apnea.
En nuestro centro de apnea de Tenerife www.apneacanarias.com, disponemos de todo lo necesario para el entrenamiento de la apnea profunda.
Ubicado en la bahía de Radazul, uno de los mejores lugares del mundo para practicar esta disciplina de apnea, con increíbles condiciones de profundidad muy cerca de la costa, gran visibilidad, temperatura ideal de agua y en un mar en calma la mayor parte del año.
Después de meses viajando sin parar, me apetece mucho sumergirme en este océano maravilloso y compartirlo con mis amigos, que a pesar de ser catalán podría decir que Canarias es mi segundo hogar.
Después de estos meses impartiendo cursos de una forma intensiva por toda la península, ha llegado el momento de ponerme a entrenar en serio.
Los cursos me mantienen en cierta forma, pero nada que ver para poder afrontar un reto como este, a todos los niveles; físico, fisiológico, técnico y mental.
Las próximas dos semanas las voy a dedicar principalmente al buceo en “residual”.
En el argot de la Apnea significa descender con los pulmones a medio llenar (o a medio vaciar), es decir, realizar una exhalación pasiva en superficie e iniciar el descenso con aproximadamente la mitad de la capacidad pulmonar total.
Este tipo de ejercicios son básicos para en las fases previas del entrenamiento, acostumbrar a nuestro cuerpo a la profundidad, despertar las adaptaciones fisiológicas del reflejo de inmersión (bradicardia, vasoconstricción periférica, migración de la sangra a los alveolos pulmones, contracción de bazo) de una forma más rápida y potente y al mismo tiempo acostumbrar a nuestros pulmones a mucha presión a menor profundidad.
De esta manera conseguimos simular la profundidad en inmersiones poco profundas y seguras.
Al descender con menor volumen pulmonar, la flotabilidad negativa (punto a partir del cual ya no flotamos) llega mucho antes, por lo que puedo trabajar caídas libres largas, simulando así los descensos reales por debajo de 100 metros, y así también poder practicar las técnicas de compensación para profundidad.
Normalmente después de 2 ó 3 semanas haciendo este tipo de entrenamiento, consigo realizar descensos en “residual” hasta aproximadamente -70 metros, con unos tiempos de buceo de entre 2 y 3 minutos.
Expresado en números, yo tengo aproximadamente 9 litros de capacidad pulmonar, lo que significa que mis pulmones a 120 metros (13 atmósferas) tendrán un volumen de 9lts/13atm=0’69 litros y sin embargo al descender a -70 metros (8 atmósferas) con la mitad del aire desde superficie, mis pulmones están soportando una mayor presión, o sea, 4’5lts/8atm= 0’56 litros de volumen pulmonar.
Este tipo de ejercicios también los suelo combinar con buceos cada vez más largos, descensos hasta los 30 ó 35 metros de profundidad con tiempo entre 5 y 6 minutos de apnea.
Estos ejercicios me aportan una gran seguridad mental para poder afrontar descensos a más de -120 metros de profundidad, que es prácticamente imposible realizarlos en menos de 4 minutos y medio de buceo.
Si quieres alguno consejos para mejorar tu entrenamiento de Apnea, visita nuestro artículo aquí.
Hace casi dos años, me quedé con una espina clavada al intentar el Récord del mundo de Apnea en Inmersión Libre (sigue estando en -121m por el Neo Zelandés William Trubridge).
En aquella ocasión pude descender hasta los -122m de profundidad en 4 minutos 52 segundos (el buceo más largo de la historia en competición) pero lamentablemente, y por una serie de errores técnicos, fisiológicos y mentales, perdí el conocimiento cerca de la superficie, invalidando así la marca y por consiguiente, el récord del mundo.
En estos dos años, sigo creyendo en mí mismo, en mis posibilidades y aptitudes para poder intentarlo de nuevo. Anunciar un récord mundial es una mera declaración de intenciones, pero sin la garantía de que lo vaya a conseguir.
El entrenamiento de la Apnea profunda es demasiado complejo, como para anunciar un Récord sin saber a ciencia cierta si serás capaz de hacerlo, sobretodo, por que pueden haber muchas limitaciones técnicas, fisiológicas y mentales para conseguirlo.
A nivel técnico, es posible que las técnicas de compensación en profundidad, a pesar de considerarme un especialista, no salgan como es debido el día del intento, y por lo tanto tener que abortar el descenso en alguna de las fases de la bajada.
A nivel fisiológico, de la misma manera que en la alta montaña, los profundistas debemos adaptarnos y aclimatarnos a la profundidad de forma gradual, para no sufrir posibles barotraumas de pulmón, tráquea u oído medio y tímpano.
Así mismo, adaptarnos a buceos cada vez más largos y con mayor hipoxia, y por lo tanto, mayor riesgo de síncope.
A nivel mental, el trabajo es a largo plazo, en mi caso, la repetición es la clave del éxito; mecanizar movimientos y tener protocolos para sentirme cada vez más seguro y confiado de mis capacidades y en las de mi equipo de entrenamiento.
Pero la mente es sabia, y en un intento de supervivencia siempre tratará de darnos excusas para abortar el reto, mantenerse en la zona de confort y alejarnos de ese momento decisivo.
Los meses de octubre y noviembre los voy a dedicar prácticamente por completo al entrenamiento de profundidad en Egipto (mar rojo) concretamente en la localidad de Sharm el Sheihk, donde también existe uno de los mejores centro de Apnea del mundo. Allí me dedicaré básicamente a entrenar en progresión, lo que significa añadir cada día una máxima de forma progresiva, desde los -80/-90m hasta la máxima profundidad posible, preferiblemente por debajo de los -120m.
Por las tardes entrenamientos en estática, siendo actualmente mi máxima en 8 minutos y no considerándome un especialista en esta disciplina, me ayuda a generar confianza en mi apnea, así como adaptarme fisiológicamente al exceso de CO2 y a la falta de oxígeno.
La primera competición se realiza en Sharm del 18 al 22 de noviembre, donde cada apneista tiene la posibilidad de competir en cualquiera de las 3 disciplinas de profundidad.
Todavía no lo tengo decidido y dependerá del propio entrenamiento, y todo y estar centrado en Inmersión Libre, no descarto entrenar las otras dos disciplinas que me encantan, Peso Constante (con y sin aletas), en las que he descendido hasta los 100 y 75 metros de profundidad respectivamente.
El mismo día 23 de Noviembre volamos a Bahamas, donde se realizará la competición anual por excelencia de profundidad, la “Suunto Vertical Blue” que se desarrolla entre el 27 de noviembre y el 5 de diciembre en la isla de Long Island, en el Dean’s Blue Hole, el agujero azul más profundo del mundo con 205mts de profundidad.
Allí, competidores de todo el mundo nos batiremos a nosotros mismos en las oscuras profundidades del Blue Hole durante 9 días de competición.
En ambos eventos, mis marcas dependerán de los entrenamientos de los meses previos, sin presión pero con mucha motivación, espero poder mejorar, superarme a mi mismo, conocer mejor mi apnea en profundidad y traer una alegría a todas aquellas personas que me siguen y me quieren.
Una última bocanada y nos vemos en el próximo artículo.