La Hiperventilación – Apnea

En el primero de nuestros artículos lo dedicamos al CO2 y las contracciones y dimos una pincelada sobre la Hiperventilación, así que en esta ocasión nos centraremos exclusivamente en ella. Hemos decidido dedicar un artículo a este tema tan interesante y necesario para la resolver dudas y dejar claro que es la hiperventilación y las desventajas que produce.

La hiperventilación podríamos describirla como una sobre ventilación consciente o inconsciente, es decir, una serie de inspiraciones y espiraciones rápidas, centrándose en espiraciones forzadas, es decir, forzando una espiración más rápida que la inspiración, durante un corto periodo de tiempo.

Esta técnica era utilizada por muchos pescadores submarinos y apneistas, con la creencia de que esta técnica daba más oxígeno a nuestra sangre, por lo que la necesidad de respirar se retrasaba.

Nada más lejos de la realidad. 

Nuestro cuerpo, como método de supervivencia, tiene una alarma de necesidad de respirar (que se manifiesta con contracciones diafragmáticas) , pero ésta no viene dada por los niveles bajos de oxígeno, sino por niveles altos de dióxido de carbono (CO2).  

Si realizamos una serie de espiraciones rápidas y forzadas, obligamos a nuestro cuerpo a liberar mayor cantidad de CO2, por lo que nuestros niveles de CO2 disminuirán y por lo tanto se retrasará la necesidad de respirar. 

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Esto puede parecer muy atractivo, desde el punto de vista del sufrimiento, pero no deja de ser un autoengaño, pues provocaremos que nuestro cuerpo no nos avise de la necesidad de respirar, por lo que prolongaremos nuestra apnea, sin ser conscientes de que nuestros niveles de oxígeno están cayendo.

Esta técnica, ha sido una de las grandes lacras que ha producido muchos de los accidentes, por lo que debemos prestar mucha atención. 

Ejemplo Hiperventilación en Apnea y consecuencias

La secuencia sería la siguiente: el pescador o apneista, sobre ventila conscientemente forzando la exhalación en superficie bajando así los niveles de CO2, y desciende hacia la profundidad.

Empieza la apnea, con unos niveles inferiores a lo normal de CO2 hace una espera en profundidad y va pasando el tiempo, se encuentra cómodo, pues con los niveles tan bajos de CO2, la necesidad de respirar no se manifiesta (como hemos dicho nuestra alarma proviene de niveles altos de CO2), pero en paralelo, nuestro niveles de oxígeno van disminuyendo de forma progresiva, el apneista o pescador, no intuye que sus niveles de oxígeno son bajos y mantiene la apnea, hasta que el síncope por hipoxia se produce y nuestro cerebro “desconecta” el cuerpo. 

En este caso, sin compañero que nos pueda hacer la seguridad, el fatal accidente se produce.

El ser humano tiene una serie de adaptaciones fisiológicas que se producen como método de supervivencia en diferentes ambientes adversos a la vida.

En nuestro caso, una vez retenemos la respiración, se produce una serie de adaptaciones que hacen que nuestro cuerpo se ponga en modo apnea.

Cuando ponemos nuestra cara en el agua y retenemos la respiración, nuestro cerebro interpreta esa situación como una agresión por lo que disminuye drásticamente la frecuencia cardíaca (bradicardia).

A medida que seguimos aguantando la respiración y aumentan nuestros niveles de CO2, esta bradicardia cada vez es mayor, pues nuestro cuerpo trata de reducir al máximo la frecuencia cardíaca y así reducir el consumo de oxígeno.

imagen de agua en el mar

Al fin y al cabo, esta adaptación no se produce para que podamos realizar récords o mejorar nuestro tiempo de inmersión, sino que es simple y llanamente una forma de supervivencia.

En el caso de la hiperventilación, al tener unos niveles bajos de CO2, no reconoce esta situación como una falta de oxígeno, por lo que no se pone en modo de conservación del mismo y no realiza las adaptaciones correctamente.

De este modo, no se disminuye el ritmo cardíaco, sino que incluso podría acelerarlo. 

Otra de las desventajas de la hiperventilación, se produce por un proceso llamado efecto Bohr. Los niveles de CO2 en sangre, hacen que la sangre sea más alcalina,  lo cual hace que la unión entre la hemoglobina y el oxígeno sea demasiado fuerte y como resultado el oxígeno no será liberado a los tejidos correctamente.

Como hemos dicho anteriormente, la hiperventilación puede ser realizada consciente o inconscientemente. 

A veces sin ser conscientes de nuestra respiración, en situaciones de nerviosismo o estrés, como por ejemplo en una competición, estar en el mar rodeados de barcos, temporal, miedo o desconcentración, es posible hiperventilar si no estamos concentrados exclusivamente en la respiración, y centrádos en respiraciones largas y profundas, con espiraciones más largas que las inspiraciones.

Por este motivo, recomendamos tratar de hiperventilarse conscientemente en casa para reconocer los síntomas de la hiperventilación y así en los momentos que estemos en el agua, podremos reconocer los síntomas y así abortar el intento y empezar de nuevo la ventilación.

Alguno de los síntomas descritos en varias personas pueden ser, euforia, hormigueo en las extremidades, ligero dolor de cabeza, mareo, adormecimiento alrededor de la boca, sabor metálico o semiparálisis en la manos, entre otros.

Desde este artículo y con la experiencia que nos ha dado los años de entrenamiento y competición desaconsejamos totalmente la hiperventilación como método de mejora y os aconsejamos a realizar ventilaciones largas y profundas, con espiraciones más largas que las inspiraciones, y tratando de inducir a la relajación mediante una respiración relajada, así como entrenar nuestra tolerancia a los niveles altos de CO2, lo que resultará en apneas más largas y seguras. 

En este deporte como en cualquier otro, no hay atajos y la clave de una buena progresión, es el entreno progresivo y lento, ganando en confianza y seguridad.

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Instructores: Santiago Jakas, Miguel Lozano

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